La piedra de los doce ángulos se encuentra ubicado en la calle Hatun Rumiyoq (“De la Roca Mayor”) se encontraba el palacio de Inca Roca, que actualmente pertenece al Palacio Arzobispal. Es una piedra incrustada en un mural inca, tallada de tal manera que posee doce ángulos que le facilitan calzar con exactitud con las demás piedras colindantes que forman el muro.
Es por eso que además de ser un elemento histórico muy especial, representa la tecnología incaica y el grado de precisión en la manufactura de sus murallas. Hasta ahora es un sorprendente testimonios arqueológicos y arquitectónico que pone de manifiesto el conocimiento que poseían los incas para construir estructuras anti sísmicas.
La arquitectura desarrollada en el incanato se caracteriza por la sencillez de sus formas, su solidez, su simetria y por buscar que sus construcciones armonicen el paisaje. A diferencia de sociedades costeñas como la chimu, los incas utilizaron una decoración bastante sobria. El principal material utilizado fue la piedra, en las construcciones más simples era colocada sin tallar, no así en las más complejas e importantes. Los constructores incas desarrollaron técnicas para levantar muros enormes, verdaderos mosaicos formados por bloques de piedra tallada que encajaban perfectamente, sin que entre ellos pudiera pasar ni un alfiler.